Propagación de esquejes



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El cultivo de esquejes es una forma popular de obtener plantas jóvenes sin tener que recurrir constantemente a las semillas. Con el equipo adecuado, cultivar esquejes en interior no sólo es una alternativa barata, sino también cómoda y sencilla. Los accesorios necesarios para cultivar esquejes son un medio pobre en nutrientes, un abono adecuado para la fase inicial de crecimiento de las plantas y la Iluminación correcta. La forma más sencilla de cultivar esquejes es en un propagador especializado, que ofrece buenas condiciones para un crecimiento sano en el alféizar de la ventana o bajo luz artificial.

Ventajas del cultivo de esquejes

A la hora de propagar muchas plantas de interior y de jardín, los esquejes son una alternativa sencilla y rentable a las semillas. Los esquejes son partes de la planta -generalmente brotes superiores o laterales- que se separan de una planta madre para convertirlas en una nueva planta sana. Si sigues unas cuantas reglas a la hora de cortar, arrancar y plantar, puedes conseguir un éxito considerable en relativamente poco tiempo.

Cortar y plantar esquejes

Uno de los requisitos más importantes para obtener esquejes es contar con una planta madre sana y bien desarrollada, de la que se corten brotes de unos diez centímetros de longitud, preferiblemente no durante la fase de floración. Así se obtienen tallos suficientemente largos, que pueden plantarse para que desarrollen raíces. Un esqueje medio debe tener entre dos y cuatro pares de hojas no demasiado grandes.

El medio de plantación regado debe prepararse antes del corte para evitar que los esquejes se sequen. Los cubos de Lana de roca, las pastillas hinchables de coco o las esterillas de sustrato, por ejemplo, son adecuados y fáciles de usar, pero dependiendo de la especie de planta, también existen medios de cultivo y sustratos especiales con bajo contenido en nutrientes que pueden rellenarse en Macetas hinchables. Los sustratos sin tierra, la arena gruesa, la vermiculita y la perlita son especialmente adecuados para el cultivo de esquejes. En esta fase puede empezar a medir el valor de pH y EC del medio de plantación para conseguir resultados de cultivo óptimos más adelante durante el cultivo de interior.

Se puede promover una formación más rápida de las raíces con diversos estimuladores de raíces -polvos, sprays y geles- en los que se sumergen los esquejes o la lana de roca o que se mezclan con el medio de cultivo. Previamente, los esquejes deben lesionarse ligeramente a una altura de dos a tres centímetros para facilitar la absorción de los enraizantes. Los esquejes se colocan en el medio de plantación húmedo; las hojas no deben tocar el suelo ni la cubierta, ya que empezarían a pudrirse rápidamente.

Cuidados hasta el enraizamiento

Coloque los esquejes preparados en un lugar cálido y luminoso. El crecimiento óptimo se consigue con una cubierta protectora transparente que se fija sobre la maceta, pero también existen invernaderos especiales para esquejes de distintos tamaños y equipados, por ejemplo, con esterillas calefactoras. La temperatura ideal para un crecimiento rápido oscila entre 26 y 32 grados.
En los dos primeros días, los esquejes necesitan mucho nitrógeno, por lo que la cubierta de plástico no debe abrirse durante este tiempo. A continuación, el invernadero debe ventilarse una o dos veces al día para evitar la formación de moho y bacterias. Si es necesario, se pueden rociar las plantas jóvenes con una solución de abono foliar. Les gusta estar bien húmedas, pero nunca hay que regarlas en exceso. Regla de oro para el cuidado de los esquejes: sólo hay que regar cuando la superficie esté seca.

Cómo sobreviven los esquejes al trasplante

Dependiendo de la planta y de la época del año, las nuevas raíces tardarán entre diez días y cuatro semanas en formarse. En cuanto las raíces penetren en las macetas o en los cubos de lana de roca, es el momento de trasplantar.
Para facilitar a las plantas la traumática experiencia, es mejor trasplantar a última hora de la tarde para que puedan recuperarse durante la noche. Los esquejes deben regarse bien dos días antes y enriquecerse con vitamina B1 u otras soluciones de trasplante.

Las macetas y los contenedores están disponibles en distintos tamaños según el tipo de planta - regla empírica: cuanto más espacio para las raíces, más espacio para las flores y las hojas. La tierra de cultivo optimizada para cada especie vegetal garantiza un buen crecimiento y una tolerancia relativamente alta a los errores de fertilización y riego. La tierra debe estar bien humedecida para el trasplante, pero no regada en exceso. En los primeros días tras el trasplante, los abonos con un alto contenido en fósforo facilitan la adaptación de las plantas. Durante este tiempo, una luz menos intensa o, en caso necesario, filtrada también favorece el crecimiento.