Filtros de carbón activado

Los filtros de carbón activado (ACF) desempeñan un papel fundamental en casi todos los cultivos, ya que filtran de forma fiable muchos de los olores desagradables que surgen en un cultivo.Básicamente, los filtros de carbón activado funcionan de forma similar a las campanas extractoras de las cocinas. El aire contaminado es aspirado a través del filtro por un ventilador independiente y limpiado en su interior por el carbón activado. A continuación, el aire ya limpio puede descargarse al aire libre o volver a introducirse en el ciclo. Un agradable efecto secundario de esta tecnología es que también se eliminan otras impurezas del aire, como el polvo. Esto funciona gracias a la gran superficie interior del carbón, que es muy adecuada para absorber partículas no deseadas y eliminarlas del ciclo.

Filtros de carbón activo en el cultivo de plantas

Los AKF se utilizan ampliamente en el cultivo de plantas. Por ejemplo, son de gran utilidad en el cultivo de plantas exóticas en invernaderos cuando existen condiciones exteriores adversas en lo que respecta a la contaminación del aire. Pero estos filtros de aire también se utilizan ampliamente para el propósito opuesto: limpiar el aire de los olores típicos de las plantas. Por ello, casi todas las cajas de cultivo disponibles en el mercado tienen opciones de instalación fijas o salidas y entradas para Mangueras de aire. En la actualidad, el ventilador esencial también viene equipado de serie.

Determinación de la potencia necesaria de un AKF

Lamentablemente, no basta con colgar un filtro de carbón activo cualquiera en combinación con un ventilador tubular estándar en el armario de cultivo. La elección de los componentes y su rendimiento dependen en gran medida del tamaño de la habitación, la longitud de las mangueras de conexión y, por supuesto, la frecuencia de circulación de aire deseada. Como regla general, se puede suponer una Ventilación de 30 veces por hora (se trata de un valor empírico medio que no se puede aplicar a todos los tipos de armarios de cultivo).

Sobre la base del volumen de la habitación en m³ (por ejemplo, 6m³), se añade inicialmente un 35% (+2,1 = 8,1). Esto se debe a la influencia del AKF, que reduce el rendimiento del ventilador. A continuación, se añade la longitud de la manguera del sistema de extracción de aire (lo que también reduce el rendimiento). Con una longitud de 2 metros, el valor sería entonces de aprox. 10. Este valor se multiplica ahora por la frecuencia de ventilación deseada. Por tanto, necesitamos una combinación de ventilador y filtro con una potencia de unos 300 m³/h.

Otras aplicaciones posibles

Por supuesto, los AKF no sólo pueden utilizarse en invernaderos o armarios de cultivo, sino en cualquier lugar donde se produzcan olores desagradables. Por ejemplo, este tipo de filtro de carbón activo se utiliza a menudo en cocinas comerciales o bares. Sin olvidar las ventajas para los hogares con población no fumadora. Un sistema de extracción de aire adecuado -proporcionado con la presión necesaria por el ventilador- es muy capaz de eliminar cualquier atisbo de olor a cigarrillo o puro en tan sólo unos instantes y devolver así la paz y la tranquilidad al hogar.